Blog dedicado al crecimiento físico, mental y espiritual (si place). Inspirado por la Naturaleza. Procuro estar informado constantemente sobre todo lo que pueda hacerme mejor en todos los sentidos, entrenamientos, nutrición y pensamiento. A veces, escribiré alguna reflexión, ten paciencia. Pregunta cualquier duda que te surja sobre cualquier cosa y te prometo que algo responderé. Quiero aprender mucho, y la mejor forma de aprender es enseñar. Soy cabezólogo, así que sé de lo que hablo.
miércoles, 25 de abril de 2012
Saber Algo No Te Hace Sabio
¿No te ha pasado, alguna vez aunque sea, que cuando alguien te ha preguntado cómo se hacía algo o te ha preguntado una duda de algo, tu te has reído de él por no saberlo; ó, en vez de explicarle cómo se hacía, se lo has hecho sin darle explicaciones?
¿No te ha pasado alguna vez que porque tu sabías algo y los de tu alrededor no lo sabían tú te has creído el más listo?
¿No te ha ocurrido que cuando alguien no sabía algo, has mostrado de forma excesivamente abierta que tú "claro que lo sabías, faltaría más" y que el otro debería ser tonto o algo así por no saberlo, sea cual sea el dato o la habilidad, y sean cuales sean las circunstancias?
Bueno, pues si no lo has hecho tu, seguro que te ha pasado con alguien.
Sí... es que hay mucho "liiisto".
Pero, resulta que ese tipo de seres, que por desgracia son la mayoría, más temprano que tarde, se encontrarán con que les hacen lo mismo; o lo que habrá pasado es que ya se lo han hecho y, al sentirse ellos tontos, han querido hacer sentir así a otros (porque son así de majos).
¿Por qué hacen eso?
Pues por la razón de siempre: porque, aunque no lo reconozcan, saben que son unos ignorantes y unos inútiles, pero en vez de reconocerlo e intentar mejorar, lo que hacen es aprovechar la más mínima oportunidad que se les presenta para ponerse por encima de los demás y dejarlos en mal lugar.
Lo más triste de todo es que se sienten bien consigo mismos cuando lo hacen; se llegan a sentir superiores. ¡¡Se lo llegan a creer de verdad!!
Y, aunque sea por un momento, dejan de ser conscientes de que lo poco que valen.
Pero, esto tiene un peligro: que si esto se repite con la suficiente frecuencia o las suficientes veces, incluso puede producir que ese pensamiento de superioridad se generalice a todas las situaciones. O sea, alguno de esos que ha tenido la suerte de, muy a menudo o muchas veces, saber algo que otros no sabían, puede llegar a pensar que normalmente sabe más que los demás.
Es por esto que hay tanto listo. Es por esto que, con tanto listo, todo el mundo sepa de todo más que tú.
Básicamente, debes darte cuenta que si has adquirido un conocimiento que otros no saben, tienes dos opciones correctas: O debes compartir ese conocimiento con todo aquel que lo necesite, pero sin alardear. O debes guardarte ese conocimiento, pero sin demostrar que lo posees ni menospreciar al que no lo posee; porque no siempre conocerás todas las circunstancias que se han dado en la vida de ese otro para no poseer tal conocimiento, ergo, no tienes ningún motivo ni derecho para comportarte así. A no ser que seas un despreciable gilipollas. O sea, uno más de la sociedad.
Por desgracia este un error muy grave en el que mucha gente cae: tratar a los demás como inferiores ignorantes y no escucharles por dar por supuesto que saben menos que ellos, en todo.
Pero te recuerdo que se puede y se debe aprender de todo.
Cada uno sabe cosas distintas que otros porque tienen vidas distintas. Pero, sí, hay una gran mayoría que, a pesar de lo listos que se creen, son unos ignorantes y unos inútiles.
Así pues, recoge y atesora todo el conocimiento que puedas y, si tienes ganas y vocación, transmítelo bien. Pero, si no lo vas a hacer bien, cállate. Recuerda que el sabio, más que hablar, escucha.
Recuerda que es el perro el que guía a las ovejas y el hombre el que guía al perro. Pero el perro creerá ser más hombre que perro rodeado de perros, sin darse cuenta que es más oveja que hombre.
No seas un perro creyendo ser hombre.
miércoles, 11 de abril de 2012
Cuidado con tus nuevos poderes
Si has leído las cosas que he escrito, has ampliado la información por tu cuenta consultando otras fuentes y, lo que es más importante, si has puesto en práctica todos esos consejos y conocimientos; supongo que habrás notado resultados.
Entre los resultados que habrás notado están: pérdida de peso, aumento de la fuerza, de la resistencia aeróbica y muscular, mejor postura, ...
Pero entre los efectos que no reconocerás haber notado, están: aumento de la energía general, sueños extraños y, ahí es donde quería llegar, AUMENTO DE LA MALA LECHE.
Sí. Una cosa que no te cuenta nadie es que un cuerpo fuerte implica emociones fuertes.
Las emociones no son más que hormonas corriendo de un lado para otro dentro del cuerpo. Así pues, cuanto más fuerte es tu cuerpo, más fuerte son tus procesos hormonales. Ergo, más fuertes son las emociones.
Pero recuerda: "men sana in corpore sano". Es decir un cuerpo sano debe contener una mente sana y vice versa.
Si, además, "has abierto los ojos" (por primera vez o más aun), sabrás que la mayoría de lo que te rodea está mal, incluso tú mismo estás mal y, como tienes mucha más energía, en vez de ponerte triste, te cabreas. Porque sabes que se debe hacer algo para cambiarlo. Sabes que es algo que está delante de las narices de todo el mundo y que nadie mueve un dedo para hacerlo. Sabes que todo el mundo se queja en voz baja pero que no dicen nada cuando, donde y a quien deben decirlo.
¿Qué pasa? Pues que cada vez te cuesta más controlar tus "arranques" de mala leche. Que, es posible que últimamente tengas más dificultades con las relaciones sociales, o, por el contrario, tengas relaciones sociales más enriquecedoras (ya que lo ves todo más claro).
De todos modos no tengas muchas esperanzas o esperanzas muy elevadas en eso de las relaciones sociales, ya que ya sabrás que consisten todas en mentir. En este sentido, básicamente, no confíes en nadie y no te llevarás ninguna sorpresa.
Pero, a lo que iba, que te resulta más difícil controlarte.
Es normal, como sientes que te estás elevando por encima de donde estabas antes, y te das cuenta que casi todos los que te rodean están estancados porque, o no quieren mejorar, o quieren empeorar (por muy malo que te parezca esto, es cierto y hoy en día es casi la norma), te entran los mil demonios y, si no tienes cuidado con tu arrogancia, te creerás que te estás poniendo por encima de los demás...
No quiero decir que sea mentira, ya que, lamentablemente, estar por encima de la mayoría es bastante fácil, sólo hay que saber que se debe mejorar y tener ganas de hacerlo.
Lo que quiero decir es que, simplemente, aunque te des cuenta de todo eso; aunque, realmente estés por encima de la mayoría, debes tener cuidado de no parecerlo y/o de controlarlo.
¿Por qué?
Pues, porque como ya he dicho muchas veces anteriormente, para los que no te conozcan, es mejor que no se lleven una impresión errónea y confundan confianza con prepotencia. Aunque sigo manteniendo que es mejor caer mal al principio porque así se ahorra tiempo.
Y, para los que ya te conocían, de verdad, esos cambios serán bien aceptados y bienvenidos- Además, recuerda que lo único que estás haciendo es convertirte en una versión mejorada de tí mismo; en más de tu verdadero yo.
Muchos te pueden decir que para qué quieres ser más fuerte, o más listo, o que para qué vas a gastar tantas energías en plantearte cuestiones tan extrañas como el ¿por qué? de todo si nunca te van a hacer falta y menos ahora.
¡¡Pero es que eso es lo natural!!
Lo natural es estar sano, tener fuerza y resistencia de sobra, y ser consciente de absolutamente todo lo que te rodea (en el tiempo y el espacio) y aceptarlo humildemente, sin mentir; y tener el ansia de de querer aprovechar cada segundo de la vida en cosas que merezcan la pena recordar.
Lo que no es natural es ser cada día más débil, tener menos capacidad mental, ser menos consciente de todo, ser rastrero, envidioso y mentir de forma automática cada vez que se abre la boca y aburrirse.
Así pues, recuerda que debes aprender a controlar tus pulsiones y emociones, si no quieres que sean ellas las que te controlen a tí.
Piensa que no debe haber más hormonas que neuronas.
Y como cita final, piensa: "Aquel que vence a su enemigo es fuerte. Pero el que se vence a sí mismo es verdaderamente poderoso"
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