Blog dedicado al crecimiento físico, mental y espiritual (si place). Inspirado por la Naturaleza. Procuro estar informado constantemente sobre todo lo que pueda hacerme mejor en todos los sentidos, entrenamientos, nutrición y pensamiento. A veces, escribiré alguna reflexión, ten paciencia. Pregunta cualquier duda que te surja sobre cualquier cosa y te prometo que algo responderé. Quiero aprender mucho, y la mejor forma de aprender es enseñar. Soy cabezólogo, así que sé de lo que hablo.
viernes, 6 de marzo de 2015
Todo Más Que Tú
Imagina, imaginanza.
Qué pasaría si:
Un ser que se ha sentido siempre apartado por estar seguro de "ver" lo que los demás negaban.
Imagínate que ese ser ha recibido la "educación" (o sea, condicionamiento) predominante, común, normal.
Imagínate que siempre ha sabido que era distinto. No porque él mismo quisiera serlo, si no porque el resto del universo se lo estuviera diciendo constantemente (joder! yastabién, no!?).
Imagínate que, así pues, ese ser, debido a todo lo anterior y posterior, llegase a la conclusión de: "soy gilipollas".
Es lógico. Teniendo en cuenta lo que ha vivido, y la "educación" recibida.
Imagínate que, ese ser, debido a todo esto, tuviese una sensación apabullante de: "No vales para nada!" "Haz algo con tu vida!" "Eres un mierda!".
Así que.
Imagínate que, ese ser, debido a todo lo que empieza a sentir, comienza a entrenar su cuerpo y, además, empieza a disfrutarlo.
Imagínate que, de esta forma, empieza a descargar sus frustraciones.
E imagínate que le funciona,
Imagina que se hace más fuerte.
Ya no sólo físicamente, si no también mentalmente.
Llega un momento en el que "la gente" empieza a "percibir" sus atributos físicos, independientemente de los mentales.
En ese momento la gente empieza a tratarle por lo que aparenta!
MU MAL!!
Sigue imaginando, e imagina que, ésta persona (por llamarlo de alguna forma), llega un momento en que está seguro de que él no es tonto. Ni mucho menos.
Empieza a pensar: "¿A ver si va ser al revés?"
Imagina que un día, por simple curiosidad, por probar, realiza un test de inteligencia.
Y sigue imaginando.
Cuando los resultados del test dicen que no es, ni de coña, tonto. Si no que tiene una inteligencia bastante por encima de lo normal.
Claro está, no se queda a gusto. Y contrasta la información, realizando varios otros test y pruebas para medir la inteligencia.
Todas le dicen lo mismo: Está dentro de ese 2% de la población.
Imagínate que, a partir de ese momento empieza a tener confianza en sus propias capacidades.
Claro está, alguien a quien han estado tratando casi toda la vida como si fuera tonto, lo primero que se le viene a la cabeza es restregarles a todos esos imbéciles lo equivocados que estaban; suponiendo que su pensamiento fuera como el de los demás.
Peeeeero.
Debemos tener en cuenta que su pensamiento, precisamente su pensamiento, no es ni de lejos como el de los demás.
Así que, lo primero que se le viene a la cabeza es que debería haber estado haciendo algo mucho más importante con sus capacidades. Como, por ejemplo, ayudar a los que no tienen tanta capacidad y que de verdad quieren mejorar.
Porque, ¿no es acaso responsabilidad de aquel que tiene capacidad y conocimientos, el ayudar a aquellos que quieren pero no pueden?
Así pues.
Dentro de esta imaginería nuestra, resulta que existe alguien que se dedica a iluminar el camino de aquellos que no pueden andar a oscuras.
Pero, claro!
Para poder iluminar el camino, ya tiene que haberlo recorrido previamente. Por lo que ya se habrá equivocado muchas veces antes de encontrar la ruta correcta.
Por tanto.
Otra cosa que no contemplan los seres normales es que este tipo de seres particulares, se equivocan tanto o más que ellos. Solo que también aciertan bastantes más veces que ellos. Y que ya lo han hecho mucho antes que ellos.
Si continuas imaginando, te darás cuenta que es más que probable que ya te hallas encontrado con alguno de estos seres, que te dan mil vueltas en todo lo importante.
Además, lo más probable es que, en vez de sentir admiración y emoción ante la perspectiva de tener a alguien de quien puedes aprender mucho, hayas sentido lo que te han enseñado de que debes sentir: envidia, celos, aprensión. Todo ello para compensar tu complejo de inferioridad.
Lo más triste es que, en determinadas sociedades, como esta, se les repudia. Y se ven obligados a ocultar su potencial para poder vivir tranquilamente. Se ven obligados a parecer mucho menos para que los que no son así no se sientan amenazados.
Y, lo más gracioso, es que siguen haciéndose más fuertes y más inteligentes.
Medítalo.
Porque existen y están entre vosotros.
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