jueves, 31 de marzo de 2011

¡¡CALLA, MEMO!!



Que si me duele esto. Que si me duele lo otro.
Que si estoy triste por esto, que si por lo otro.
¡Ay, que malito estoy!
Que qué tal?... Pues regular, estoy pasando "nosequé" que me hace estar "tal" o "cual", o estoy hecho polvo por "tal".

¡¡VALE YA!! ¡¡DEJA DE LLORIQUEAR!!

¿Sabéis que el llanto, de esta forma, es un vestigio de cuando somos bebés, y su única función es llamar la atención?

La mayoría de la gente se pasan horas hablando únicamente de lo mal que están, lo mal que se sienten, cuanto les duele algo (o todo), etc.
Desde pequeños aprendemos que el llanto es la forma de pedir a alguien que venga y solucione nuestros problemas. Por eso, cuando te vas haciendo mayor, y te duele algo o no te encuentras del todo bien, lo repites una y otra vez, porque, en el fondo crees que así algo o alguien te lo va a solucionar. Vamos que crees que a base de decirlo mucho, se te va a pasar.
Como la sociedad fomenta precisamente eso, que es de lo que habla la gente más a menudo, según vamos creciendo aprendemos nuevas y más elaboradas formas de quejarnos y lloriquear, de manera que, cuando se alcanza la vejez, tenemos toda la vida de experiencia en lloriquear y lamentarse. Es más, al llegar la vejez, el cuerpo empieza a dar problemas, así pues, hay más motivos para quejarse, por lo que muchos centran sus vidas en sus achaques, principalmente.

Y digo yo:
A todos nos duele algo en algún momento o siempre. De hecho, estar vivo implica sentir dolor.
Básicamente, si no sientes ningún dolor es que probablemente estés muerto.
Por tanto, si te duele algo, es que estás vivo.

Además, cuanto más repitas lo mal que crees estar, más caso le estás haciendo a ese malestar. Es decir, más pendiente estás de ello, por lo que no solo no se te va a pasar, si no que quizá incluso aumente. Es como cuando un niño se pone "pestoso" porque quiere algo, cuanto más caso le hagas peor.

Que pasa con esto, que entre otras muchas cosas malas, la gente se ha convertido en una masa quejumbrosa, a los que les sobra de todo, pero que, aun así, se quejan constantemente para que les hagan caso. Se convierten en hipocondríacos, ya que así tienen más motivos para quejarse y más probabilidades de ser el centro de atención.

Por que crees que la pregunta más común es "¿Qué tal?", que actualmente quiere decir:
"¿Te pasa algo malo que quieras contarme?, porque a mí sí y estoy deseando decírselo a alguien"

Lo más gracioso es que casi todos los dolores, malestares y problemas son pasajeros, y de muchos de ellos conocemos perfectamente la solución

¿No es mejor, hablar de las cosas buenas que te pasan?, ¿de las curiosidades de la vida (que hay muchísimas)?, ¿de los éxitos que consigues? y ¿de las cosas malas que han dejado de pasarte o se han solucionado?

¡Ojo!, que no digo que compartir tu dolor sea malo, o incluso mostrarlo abiertamente. Al contrario, es bueno, e incluso, necesario, a veces, cuando de verdad lo sientes, es síntoma de sinceridad y confianza. Si tienes que llorar, DE VERDAD, llora, y te liberará.
Pero pasarse, como con todo, es malo.

No seas tan memo, no te quejes tanto, porque motivos para quejarte vas a tener siempre, pero motivos para alegrarte, si lo piensas, también. Menos, pero tendrás. Pues, ¡joder!, habla de ello, que será mejor.

Que sois todos "mu memos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario