jueves, 5 de mayo de 2011

Excesos y Gilipolleces


O muy rápido, o muy despacio.
O muy salado o muy soso.
O estoy callado o hablo a voces.
O estoy sin hacer nada o la lío.
O estoy por debajo de alguien o por encima.
O estoy a régimen o como como un cerdo.
O no bebo nada o me cojo unos "pedos" del copón.
O blanco o negro.
O mucho o muy poco.
Siempre igual.

Parece que no se puede estar en equilibrio. Parece que la ecuación nunca puede estar igualada (a pesar de llamarse ecuación). Parece que nadie QUIERE que eso pase, a pesar de que cada parte de todos grita porque eso está mal.

Todo ser del universo sabe, de forma natural, cuando las cosas están en armonía y cuando no. Lo siente en lo más profundo de sí mismo. No obstante, el ser supuestamente superior y supuestamente más inteligente, parece hacer todos los esfuerzos de los que es capaz por romper esta armonía.

¿Cuánta gente conoces que sea capaz de conducir a la misma velocidad que tu, sin adelantarte? O mejor aun, ¿Cuánta gente conoces que conduzca dentro de los límites sin ir demasiado lento? Muy poca. De hecho, si el límite de velocidad es 110 (es decir, que se puede ir a 110 como máximo, no de forma habitual), la gente va a 110 como mínimo.
¿Cuánta gente conoces que coma, o beba, adecuadamente durante todo el año?
¿Cuántos hay que no se consideren por encima o por debajo de otros, si no simplemente distintos?
¿Cuanta gente hay que sepa mantener una conversación adecuadamente sin gritar para hacerse oír por encima de los otros, o sepa estar callado y escuchar?
¿Cuantos no están gordos o muy delgados (hay más gordos)?
¿Cuantos no beben alcohol o cafeína muy a menudo (todos los días y a todas horas)?
¿Cuántos, si tienen X euros disponibles, se gastan X+1?
Pues eso. ¿Que es difícil seguir un camino equilibrado? ¿Es difícil hacer las cosas bien?
Porque, no pienses que hacer mucho de algo está mejor que hacerlo correctamente. Hacer las cosas bien, correctamente, de forma natural es no aplicar más que la intensidad necesaria y adecuada a cada acto, y ,muy a menudo, es precisamente, aplicar poca.

Por eso, es mejor hacer un poco de ejercicio casi todos los días, que pegarte una paliza tres días por semana. Comer poco habitualmente. Beber moderadamente. No ir ni despacio ni deprisa. Etc.
Porque si te pasas de salado, ya no puedes quitar la sal. Si te pasas de velocidad, ya te has pasado. Etc. Pero, si está soso, o lento, o te quedas con hambre, siempre puedes añadir más, o guardarlo para cuando te haga realmente falta.

La gente se comporta así de mal porque saben que no están haciendo el resto de las cosas bien en sus vidas. Lo saben dentro de sí mismos, pero no lo ven, porque no pueden o porque no quieren. Les han enseñado desde pequeñitos que deben coger todo lo que sean capaces. Les han educado en los excesos y no en las necesidades. Les han educado en los derechos y no en los deberes. En el placer y no en el dolor.

Pero no pueden existir los unos sin los otros. Y jamás podrán.
Cuando COGES algo, lo QUITAS de algún sitio, SIEMPRE.

Siempre será mejor aprovechar bien lo que tienes que desear más. Cumplir con tus obligaciones antes de satisfacer tus caprichos. Sentir dolor para poder apreciar el placer.

Por supuesto, y como siempre, no quiero decir que no te excedas nunca. Eso parece imposible (pero no lo es). Parece que es inherente en la propia naturaleza del universo el que de vez en cuando haya explosiones de acción. Quiero decir que muy "de allá pa cuando" te des un gustazo, un exceso de algo. Pero, eso sí, ten claro que te lo tienes que merecer.
Pero no te busques cualquier excusa para hacerlo o caerás en aquello de lo que debes zafarte.

Busca el centro, en todo. Busca el equilibrio. Mantente en armonía con todo. No te pases y no te quedes atrás. Pero, si tienes que elegir, mejor un poquito atrás, un poquito de menos. Y así encontrarás quien eres realmente.

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