lunes, 19 de marzo de 2012

!Que sí, que vale! ¡Que eres muy guay!



Me pongo a hacer abdominales y soy el mejor del grupo.
Como he acertado una pregunta que ninguno del grupo sabía, ¿has visto que listo soy?.
Acabo de sacarme un dinerillo vendiendo cosas que me habían regalado, así que soy "un máquina" por las buenas ideas que tengo, y soy más listo que los otros.
Como soy tan super guay, hago que la gente me siga allá donde vaya.
El otro día, en clase, en el trabajo, etc. dije "tal cosa" y todo el mundo se rió un montón, porque soy super gracioso.
Como llevo una ropa tan chula, las chicas se acercan a admirarla y los chicos me dicen lo bien que me queda.
Como estoy delgadito y hago ejercicio, se me nota la "tableta de chocolate", o sea que soy atractivo y "estoy cachas".
Cada vez que salgo de fiesta (o sea: beber hasta que no pueda más y meterme toda la droga que pueda para poder sentirme libre de hacer lo que no me atrevo el resto del tiempo), aguanto más alcohol que mis amigos y, si me pongo pedo, soy un tío super enrollado.

..............Vamos, que soy la hostia.

O eso quiero creer.

¡¡PUES NO!! 
No eres la hostia ni mucho menos. Probablemente seas un mierda en todos los sentidos posibles de la expresión. Pero, claro, eso no se lo vas a decir a nadie. Eso solo lo saben los que de verdad te conocen y han vivido todas tus miserias, y saben que todo lo demás es fachada, pero hacen como si no se dieran cuenta.
Aunque, también es posible, que todos los que te rodeen sean tan gilipollas como tu y no se den ni cuenta.
La realidad es que estás acojonado de casi todo lo que te rodea, así que te creas una mentira como carta de presentación y, al final, te la crees hasta tú.


Punto uno: Si, de verdad quieres ser la hostia, lo primero que debes hacer es reconocer que no lo eres ni de lejos. Es más, deberías reconocer lo mierdoso que eres, así podrás empezar a dejar de serlo; lo que nos lleva a...


Punto dos: Si lo que quieres es hacer amigos/aliados, primero deberías mostrarte tal y como eres, sobre todo en lo malo, ya que, es lo que refleja, de verdad, lo que eres; si les gustas así, mejorará la opinión que tienen de ti, según vayan apareciendo tus cosas buenas. 
Si les caes mal, o no les gustas, mejor, porque será al principio y no al final.
Está escrito que "es mejor caer mal al principio, porque así se ahorra tiempo".
Si tu intención es sorprender o amedrentar a tus enemigos, mejor mostrarte débil al principio, así se confiarán y serán presa fácil para tu parte buena o fuerte.


Punto tres: Si tienes que contarle a alguien tus logros o cosas en las que sobresales, que sea a los que ya te conocen. Es decir, que sea a los que ya saben tus cosas malas o faltas, porque ellos comprenderán que no estás alardeando, si no compartiendo con ellos tu ilusión. Así, reforzarás la confianza.

Recuerda que no eres tan guay como a ti te gustaría que pensasen los demás, probablemente seas guay en lo que tu menos te crees, y quieras ser guay en lo que no serás nunca.
Básicamente, nunca será guay que te quieras parecer a aquello de lo que tienes miedo o aquello que no eres. Eso no es guay, es penoso.

Siempre será mejor pasarse de tonto y de humilde que pasarse de listo y de orgulloso.